ENVÍO GRATUITO PENÍNSULA - PEDIDOS SUPERIORES A 49,50€

Siesta & Fiesta

Aunque en España nos montamos una juerga improvisada en menos de lo que canta un gallo, los fiesteros de verdad saben que la diversión necesita de una parada en boxes de antemano. La siesta, ese momento post almuerzo para descansar cuerpo y mente, es el pasito atrás que uno da para coger impulso y disfrutar a lo grande entre amigos, música, buena comida y bebida. 

A ver, los españoles somos los primeros en defender la siesta, pero tampoco vamos a ponernos la medalla de que la inventamos. El término procede del latín “sexta”, refiriéndose a la sexta hora del día, momento en que los romanos hacían un descanso en su jornada. El imperio romano se extendió y los lugareños de la Península Ibérica dijeron: “perfecto, a esto me apunto”. Las altas temperaturas en el Mediterráno animaban a ponerse a la sombra y dormir un rato. Y dicho invento los llevamos a Latinoamérica más tarde, otra gran razón para hermanar entre latinos de aquí y de allá.


Pero lo que realmente nos gusta a los españoles es celebrar cualquier cosa, juntarnos con amigos y salir a la calle para hacerlo por todo lo alto. Sea por herencia de fechas religiosas señaladas o por motivos paganos, nuestro calendario de fiestas no tiene competencia a nivel mundial. Es asomarse ligeramente la primavera, que aquí llega temprano, y empiza lo bueno.


Empezamos por el carnaval, ese momento para ponerse un disfraz, hacerse pasar por otro y criticar a la clase dirigente con las murgas de Cádiz y Canarias. Nos vamos después a Valencia para Las Fallas, que es donde nos gusta quemar pólvora, no en las malditas guerras. Pasada la Semana Santa, que cada uno se la toma a su gusto, vienen las ferias del ganado, con medalla de honor para la de Abril en Sevilla: flamenco y baile, regado por fino y rebujito, compadre.


Y al acercarse al verano estalla la fiesta por todos los lados. San Fermín, La Tomatina, San Juan, el descenso del Sella… Pero lo más bonito es ver las diferentes escalas de estas celebraciones. Muchas son especialmente conocidas y de ámbito internacional, pero qué bien se lo pasa uno en las fiesta de pueblo, con una buena orquesta, que ahora toca un pasodoble y después la canción del verano.


Eso sí, si la cosa se te va un poco de las manos, la noche se hace larga y uno duerme poco, la receta de la siesta hay que repetirla al día siguiente. En este caso, para recuperarse de tanto jaleo, con opción de cama y pijama incluidos.

Ver producto