Costa del sun
A principios del siglo XX se inventó el veraneo y la población empezó a asomarse a los arenales para descansar. Pero en los años 60 España se puso en el mapa y miles de extranjeros echaron el ojo a nuestras playas como un destino de relax. Y es que las más de 3.500 playas de España son uno de nuestros mejores reclamos.
El hecho de que España sea una península, compartida con nuestros queridos vecinos de Portugal, hace que tengamos 8.000 kilómetros de costa, que se dice rápido… Y si encima tenemos la suerte de contar con buen clima y con una cultura singular, hace que todo el mundo quiera a venir a nuestro país a disfrutar bajo el sol.
La niñez de un españolito está asociada a sus veranos en el pueblo y, especialmente, en la playa. Y es que es ahí donde uno activa el modo OFF y disfruta a lo grande. La playa es siempre un buen plan para ir con familia y amigos, y donde además de tomar el sol y bañarse, puedes caminar, hacer deporte, jugar con los niños en la orilla y… acercarte a un chiringuito, esos bares de playa que son como un oasis en plena ola de calor. Y es que en periodo estival no hay estampa más típica que una playa llena de sombrillas y un chiringuito para tomarse una cerveza helada, unas tapas o un arroz de marisco.
 Con una cartera de más de 3.500 playas repartidas entre el Mar Cántabrico, el Mediterráneo y el Océano Atlántico, podemos encontrar una variedad de arenales de todo tipo. Hay quien quiere que el agua esté fresquita, para que sea un buen chapuzón y puedas refrescarte. Y eso nos lleva principalmente al Norte de la Península, donde además se inventaron el término de “baños de ola”. A principios del siglo pasado, los arenales no tenían apenas valor. Los pueblos de costa se levantaban en un enclave donde se podía construir un puerto, donde poder amarrar el barco de pesca o descargar mercancías. Pero en los años 20, la aristocracia europea empezó a acudir al Cantábrico y a Normandía en los veranos y se levantaron pequeños balnearios a pie de playa, dado que el agua de mar aportaba fantásticas propiedades terapéuticas.
Con el comienzo de la segunda mitad de siglo, el veraneo se empezó a popularizarse en las clases medias. Y en los años 60s los extranjeros echaron el ojo a nuestras playas y España se empezó a vender como destino turístico: sol, playa, cultura y buena comida. ¡Qué más se puede pedir! 
 La época de playa se alarga en el Mediterráneo y el Sur de España, donde se consiguen hasta 5 meses con temperaturas por encima de los 20 grados. Y ahí se lleva la palma las Islas Canarias, donde los arenales no descansan: sol casi 365 días al año y bronceado permanente.
